Aprende del otoño, deja caer tus penas
Llega el otoño parece que nos invade la tristeza, la oscuridad de la noche, la nostalgia, el frío, vemos el verano distante y parece que nuestra vida se reduce a trabajar comer y dormir… Pero podemos aprender del otoño, que deja caer sus hojas, y dejar caer nuestras penas.
La tristeza es una de las emociones que más tiempo permanece dentro de nosotros, porque es algo en lo que pensamos mucho, lo que hace que su plazo de duración sea mayor, pero tenemos que tener cuidado para que la tristeza no se adueñe de nosotros, para que la nostalgia no nos invada y se quede ahí, permanente, estancada…
7 consejos para dejar caer las penas
Superar las penas y dejarlas caer es posible, sólo tenemos que poner nuestra voluntad para lograrlo, para cambiar nuestra forma de ver las cosas y recuperar nuestra sonrisa. Es complicado y depende de nosotros actuar con valentía. Os dejamos 7 consejos para dejar caer y superar las penas:
Llora cuando lo necesites
A veces por vergüenza o por no preocupar a otras personas, no nos permitimos llorar, pero es necesario dejar caer nuestras lágrimas cuando luchan por salir. Cuando lloramos, dejamos caer nuestras penas en forma de pequeños recuerdos salados. Llora si lo necesitas, a veces no podemos elegir el lugar, ni con quién estamos, pero el llanto es incontrolable en ocasiones y no es nada malo.
Se ha demostrado que llorar genera endorfinas, por lo que nuestro cuerpo se relaja y nos sentimos mejor. Así que deja caer tus lágrimas y libera tu presión llorando siempre que lo necesites… No tengas miedo.
Haz deporte
Moverte, hacer alguna actividad física que te guste, te hará sentir mejor, te dará energía, ganas de continuar, reforzará tu autoestima y tus ganas de vivir y disfrutar. Hacer ejercicio libera endorfinas y otros químicos con los que mejorará tu estado de ánimo. Puedes ir practicando un deporte que te guste de forma progresiva, cada semana un poco más de tiempo, para llegar a practicar una hora de deporte al día.
Practica tu sonrisa
Intenta sonreír aunque te sientas mal, a veces es complicado porque no nos apetece sonreír, pero es necesario intentar superar nuestra pena para dibujar una sonrisa en nuestro rostro y que nuestro estado de ánimo mejore. Regala una sonrisa a un niño cuando te mire, a ese camarero que te atiende cada día, a tus amigos, a tu pareja, no importa, pero sonríe, transmite tu alegría.